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La Desvinculación de un Colaborador: Consideraciones Clave para el Mando Medio

Conoce cómo los mandos medios deben enfrentar la desvinculación de un colaborador con profesionalismo, liderazgo y empatía, asegurando una comunicación clara, apoyo al equipo y coordinación con otras áreas y niveles jerárquicos.

La Desvinculación de un Colaborador: Consideraciones Clave para el Mando Medio

La desvinculación de un miembro del equipo es una de las decisiones más complejas que enfrenta un mando medio. Ya sea por bajo rendimiento, reestructuración o causas disciplinarias, este proceso exige no solo criterios objetivos, sino también sensibilidad, liderazgo y coordinación con otras áreas clave como Recursos Humanos y la Gerencia.

El proceso de decisión: objetividad y documentación

Antes de llegar a la decisión de desvincular, es fundamental que el mando medio haya agotado instancias previas: retroalimentación continua, establecimiento de expectativas claras, oportunidades de mejora y acompañamiento. La decisión no debe ser impulsiva ni personal, sino basada en evidencias concretas de desempeño o conductas, debidamente documentadas.

Aquí, el área de Recursos Humanos cumple un rol esencial como asesor y garante del cumplimiento de políticas internas y normativas legales. También es clave el respaldo de la Gerencia, especialmente cuando se trata de desvinculaciones sensibles o que puedan tener impacto estratégico.

El momento de comunicar: claridad, respeto y confidencialidad

La conversación de desvinculación debe estar cuidadosamente planificada. Idealmente, se realiza de manera presencial (o por videollamada si no es posible), en un espacio privado y sin interrupciones. El mando medio debe comunicar el mensaje con respeto, claridad y sin ambigüedades. No es momento para reproches ni para abrir debates; el objetivo es informar de manera empática una decisión ya tomada.

Recursos Humanos puede estar presente o disponible para explicar aspectos administrativos y contractuales, pero el rol del mando medio es asumir la responsabilidad de la decisión, demostrando liderazgo y respeto hacia la persona que se desvincula.

Contención al equipo: evitar rumores y mantener la confianza

Una vez comunicada la desvinculación, el equipo restante necesitará contención. La salida de un compañero puede generar incertidumbre, desconfianza o incluso malestar. Es responsabilidad del mando medio comunicar al grupo de forma oportuna —respetando la confidencialidad— y explicar, en términos generales, que se trató de una decisión alineada a los valores y necesidades de la organización.

Este es un momento crucial para reafirmar la visión del equipo, reforzar la confianza y estar disponible para escuchar inquietudes. La forma en que se maneje esta situación tendrá un impacto directo en el clima laboral y en la percepción de justicia y liderazgo del mando medio.

Impacto en el liderazgo del mando medio

Gestionar correctamente una desvinculación refuerza el liderazgo del mando medio. Demuestra madurez, capacidad de decisión, coherencia y empatía. Por el contrario, una desvinculación mal manejada puede afectar su credibilidad, generar conflictos y dañar el compromiso del equipo.

Conclusión

La desvinculación de un colaborador no es solo un acto administrativo, sino un proceso humano que pone a prueba el liderazgo del mando medio. Con una base sólida en criterios objetivos, apoyo de Recursos Humanos y Gerencia, y una comunicación clara y respetuosa, es posible transitar esta situación con profesionalismo, cuidando tanto al colaborador saliente como al equipo que permanece.


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